martes, 15 de agosto de 2023

A Ramón Dalmau Vento fallecido en accidente de tráfico el 26 de julio de 2023

Amigo y profesor Ramón. Soy Jorge, uno de tus flautistas de la Banda Helduen. Sé que no leerás estas líneas. Sé que ya no te veré más. No sabes la tristeza que siento al pensar que cuando en septiembre se abra la Musika Eskola tu no estarás. No me cruzaré por ningún pasillo contigo y no aprovecharás para decirme alguna palabra amable, algún comentario jocoso. Qué pena Ramón, qué grandísima pena perderte. Con lo que te apreciaba, con la ilusión que esperaba tus nuevas partituras cada trimestre. Eso ya no volverá a suceder. Desde tu desaparición no he vuelto a coger la flauta, y eso que, como siempre, la tengo montada en su soporte, con el atril al lado y las últimas partituras (navideñas) que nos entregaste no hace mucho. Pero no puedo, se me saltan las lágrimas al recordarte y no puedo soplar (vaya chiste que harías tú de esto). Sin embargo, y por el mucho cariño y admiración que te tenía, la volveré  a coger y la haré sonar de nuevo porque mi afición deberá superar tu ausencia, y si puedo haré que suene mejor que nunca, porque pensaré en ti y creeré que estás a mi lado, animándome y llevándome el compás con esa gracia y oficio que tenías. No te olvidaré nunca. Cada vez que suene la Banda sonará para ti, porque todos te recordaremos con un profundo sentimiento de cariño por ti y por quien fuiste y nos hiciste ser. Adiós Ramón, si donde estás te dejan venir por aquí de vez en cuando, no te dejes ver, hazte invisible ante la Banda, susúrranos los tempos, los crescendos, las síncopas y todo eso. Sonaremos mucho mejor, pero solo nosotros, la Banda sabremos porqué. Puedo decir que tuve la gran suerte de conocerte, ser tu amigo, y disfrutar de tu bonhomia y tu sabiduría musical. Te envío un gran abrazo, sin poder evitar una rabia intensa  por esta pena que no sé cuánto me va a durar. Jorge  

sábado, 23 de abril de 2022

Los arambara (Día del Libro 2022)

 

    Los arambara es una tribu de unas doce familias de raza negra situada al sur del Sáhara. El poblado en el que viven aislados del mundo se llama Himbasa, que en su idioma quiere decir "último lugar".

    La vida es dura en este punto del planeta. Nunca llueve. No tienen más ganado que tres cabras escuálidas. Cultivan hierbajos secos que devoran directamente arrancados de su raíz. Sobreviven con el alimento que encuentran en el desierto : alimañas, cadáveres de hienas, ratas viejas, chacales. Beben de pozos de agua arenosa.

    Pero desde hace unos meses, desde las dunas saharianas, han ido llegando, de uno en uno casi siempre, seres humanos de piel blanca. Los arambaras nunca habían visto a nadie con ese color de piel. Vienen famélicos, exhaustos, casi moribundos, abrasados por el sol sahariano. Hombres, mujeres, pocas veces un niño. Los arambaras desconocen su procedencia, pero las leyendas arambaras dicen que existe un lugar habitado más allá del desierto, muy al norte, a muchas jornadas de distancia, donde la arena ha sido sustituida por masas inmensas e infinitas de agua. Allí abunda el pasto, el ganado doméstico, los manantiales, los ríos, los árboles. Ellos llaman a este territorio Combasa, o "lugar feliz".

    Los arambaras no lo saben, pero estos seres que van apareciendo en el poblado, huyen de ese lugar legendario porque hace poco estalló una guerra sin límites, con bombas químicas, proyectiles basteriológicos, misiles nucleares. Los pobrecillos llegan al poblado buscando alimento, refugio, cualquier ayuda, quizá un futuro.

    Pero los arambaras no saben nada de esto. Su religión, creada antes de que nada existiera, dice que la llegada de seres humanos extraños es el comienzo de una nueva era de prosperidad, el final de la miseria y la hambruna perpetua.

    Y agradecidos a las fuerzas de la naturaleza creadoras de todo, y sin pensarlo dos veces los arambaras descuartizan vivos a los seres blancos para devorarlos hasta quedar hartos. Se los comen crudos ya que desconocen el fuego.

FIN

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Dorada Navidad


    - Pero José, ¿qué haces aquí otra vez a estas horas de la noche?. Son más de las doce y no para de nevar - exclamó con enfado Shamir.

    - Necesito ayuda, Shamir. - repuso un nervioso José suplicante – Mi mujer ha parido un niño y ...

    - Si es alojamiento lo que buscas, ya te dije que no hay sitio.- interrumpió con brusquedad el posadero - Además, ¿tienes con qué pagarme?.

    - No es alojamiento lo que necesito. Y sí, tengo con qué pagarte, lo tengo en abundancia.

    - ¿En abundancia, tú?. No te creo.

    - Hoy han llegado de oriente tres individuos que dicen ser reyes. Venían subidos a hermosos camellos y servidos por un gran séquito de criados. Se han arrodillado ante mi hijo, han permanecido orando en éxtasis unos minutos y luego se han ido, pero antes nos han obsequiado con incienso, mirra….. y además ¡esto! … - dijo José con tono triunfal sacando del morral un abultado y pesado saco, abriéndolo y mostrando su contenido -…¡oro!, ¡oro puro, Shamir!.

    Una densa constelación de incontables monedas doradas titilaron como estrellas.

martes, 6 de agosto de 2019

Se vende piso


"El Diario Impermeable"
(decano de la prensa de plástico guipuzcoana)

Lunes 14 de agosto de 2152

                                                           Suplemento Inmobiliario
VENTA DE PISOS
Oportunidad. Urge venta de coqueto estudio de 20 m2 en el alto de Egia (Donostia Seca). Amueblado a capricho. Cuatro literas dobles. Ocho colchones seminuevos. Chimenea para cocinar y calentarse, con salida de humos. Fregadera con desagüe (sin toma de agua).
Se incluyen dos pucheros de hierro, ocho tazones de barro, ocho cubiertos de pino y dos orinales de loza con tapa (para aguas mayores y menores respectivamente). Además, ocho mantas y ocho toallas de manos seminuevas. Práctica rejilla de ventilación a patio interior.
Vivienda a 100 metros de las letrinas y duchas municipales de Polloe. A 1 minuto andando del muelle marítimo de Martín Santos. Posible compra de pequeña txalupa (no incluida en el precio y sin plaza).
Forma de pago a elegir: O bien una tonelada de madera seca, o si no un millón de pilas alcalinas AAA, o tal vez mil metros de cera y mecha para velas. Se estudiarán otras formas de pago (preservativos varios usos, papel higiénico reciclable, crema antiolor a pies, etc).
Vivienda ideal para grupo bien avenido.
Interesados contactar en código morse con txalaparta de PVC, o con señales de humo.
Abstenerse pirautxeros en apuros y políticos asalariados.
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Kultur Dealers 2019

domingo, 19 de mayo de 2019

Soñar...tal vez vivir


Como le ocurre desde su infancia, una noche más ha soñado lo que había elegido soñar antes de acostarse. En los minutos previos a dormirse, visualiza en su mente los lugares, acciones, y personas que van a llenar sus horas de sueño. Y así ha ocurrido: ayer deseó imaginarse en la selva negra alemana. Así que buscó en internet imágenes y videos de esos enormes bosques de abetos, del aspecto y los rostros de algunos de sus habitantes, de las más hermosas zonas alejadas. Navegaba como si seleccionara en su cerebro oníricas coordenadas GPS por las que deambular mientras durmiera.

Hoy, al abrir los ojos ha recordado con miles de detalles la belleza de los gigantescos árboles flotando en el sotobosque, la luz tenue del sol atravesando sus copas, el perfume de la resina fresca, los pájaros.... Ha pensado con dulzura en el pequeño grupo de hombres y mujeres, que con sus mochilas y su ropa montañera, caminaban a su lado conversando amistosamente. En el sueño se conocían de toda la vida. Tras unas horas de marcha han llegado hasta la orilla de un lago surgido en el corazón de la selva. Se han detenido para reponer fuerzas. Al rato, para descansar, varios se han dispersado en la espesura del bosque. Sobre la mullida y envolvente vegetación ha hecho el amor con alguien del grupo cuyo cuerpo y rostro bellos evocará vivamente más tarde, cuando despierte. Luego, ese mundo se ha ido desvaneciendo en una niebla espesa, lejana, inaudible. Enseguida ha sonado el despertador. Es hora de ir a trabajar.

En esos sueños nunca existe este metro frenético y ruidoso, que ahora le transporta; ni le rodean estas caras serias y ausentes; ni este olor a jaula podrida. Tampoco viven en sus sueños esas cintas transportadoras de piezas que deben ser ensartadas en otras piezas que acaban ensartadas en otras y luego en otras, etc, etc. En sus sueños no lleva mascarilla, ni guantes de hule, ni botas de goma. En sus sueños...

Después de ocho horas de trabajo, abandona la fábrica y sin entretenerse regresa a casa.

Quedan muchas horas del día por disfrutar. Su elección es disfrutarlas durmiendo. Antes entra en la red, de nuevo navega por pantallas de lugares lejanos, habitados por gente todavía desconocida. Después entra en su dormitorio, se desnuda, se acuesta, cierra los ojos para concentrarse. Comienzan a desfilar por su mente personas de semblantes agradables, hermosos paisajes infinitos, espléndidos territorios. Entre los que va eligiendo dónde, cómo y con quién pasará su próximo sueño.

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jueves, 4 de abril de 2019

El ascensor


El ascensor llega a la planta baja. Las puertas de acero se abren. En su interior dos ocupantes.

El ocupante: - Por favor, pase usted delante, las damas primero....

La ocupante:- No, no, caballero, eso se acabó, es una costumbre anticuada. Usted estaba en el ascensor cuando yo entré, por lo que debe usted salir primero, ¿no le parece?. Además, lleva una maleta, seguro que va justo de tiempo para tomar un avión o un tren...


El ocupante: - Por dios, que no tiene ninguna importancia mi prisa. Veo que su embarazo está muy avanzado...avanzadísimo...

La gasolinera

Ahora ya no existe pero hacia finales de los setenta, muchos recordaréis la pequeña gasolinera que había en la carretera de Hernani a Goizueta. Un surtidor de gasolina y otro de gasóleo y al lado un diminuto edificio de una planta que hacía de oficina, atravesando una puerta se encontraba la vivienda de tres huecos, mas una cocina y un aseo sin ducha. La atendía su propietario, Tomás Odriozola. Que la había heredado de su padre, el cual después de la guerra obtuvo la licencia para vender combustible.
La carretera a Goizueta no era como la de ahora, hace unas décadas los vehículos penetraban por el denso túnel de vegetación verde, formado por las enormes y robustas ramas y hojas de los castaños que crecían a su suerte a ambos lados de la estrecha calzada tachonada de baches .

viernes, 24 de noviembre de 2017

La espera

              Una vez más se asoma inquieta a la ventana. Es muy tarde, nunca se retrasa tanto. Nadie viene por el camino que se pierde en el horizonte, allí donde el brillo violeta del sol casi se ha sumergido. La silueta negra de la densa chopera se ha disuelto en la noche que ya llega. Nada se mueve... Nada se oye...

El peatón

          Antes de pisar la acera, el peatón se asoma desde el portal. Mira a ambos lados. Cuando se cerciora de que no hay ciclistas peligrosos por las proximidades, salta a la vía pública.

         Conforme a la normativa municipal circula por la derecha, en este caso pegado a la fachada. Si estuviera de vuelta, caminaría sobre el bordillo de la acera. La parte central es para las bicis, patinetes, segway, etc.

         Camina llevando el casco reglamentario del peatón, que consiste en un bonete metálico sujeto con velcro a la barbilla; un intermitente naranja a cada lado, se activa o desactiva cuando el peatón inclina la cabeza al lado correspondiente: si tuerce a la derecha, inclina la cabeza a la derecha para que parpadee; cuando termina la maniobra, la cabeza vuelve a su sitio y el intermitente se apaga. Se sabe que hay en desarrollo un prototipo con espejos retrovisores, bocina.

jueves, 14 de septiembre de 2017

La balada de Manito


                         Esta tarde, vía Nueva York, Manito González aterrizará en el aeropuerto de Barajas. El anuncio de su llegada ha venido ocupando buena parte de las primeras páginas de la prensa de estos últimos días; varias cadenas de televisión y prácticamente todas las emisoras radiofónicas van a transmitir en directo el recibimiento popular que se le va a dispensar en la Puerta del Sol. Se dice que la asistencia va a ser tan multitudinaria y tan emotiva que va a dejar pequeño el recuerdo de otras recepciones semejantes. Desde todos los rincones del país han llegado a la capital cientos de trenes especiales y de autocares llenos de aficionados que no quieren perderse la oportunidad de vitorear y de contemplar a su ídolo en persona. En los hoteles, las pensiones, y los hostales ya no queda ni una sola cama libre. De las bocas de metro, de los balcones y de las farolas cuelgan cientos de carteles, estandartes y banderas con la imagen del campeón. Manito ha despertado tal admiración entre sus seguidores, los preparativos, el ambiente, y la euforia general son tan excepcionales que, sin duda, la de hoy será una fecha que pasará a la pequeña historia de los acontecimientos deportivos.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Un tipo con suerte

                                  Al reloj de la buena fortuna había que darle cuerda, así que traspasó el umbral del portón adelantando primero el pie derecho. El funcionario cerró tras él, sin despedirse. Después de casi siete años, al pisar por primera vez la calle, el talgo cruzaba la mañana por el otro lado de la carretera, veloz como un caballo desbocado, dejando escapar un sonoro bocinazo. Lo esencial ahora era disponer de algún dinero. Buscó un teléfono, y marcó un número local. No tardó en oir la voz de la vieja en el otro extremo de la línea. Mintió a la mujer al dar su nombre y al decirle que se hacia eco del anuncio en "El País" porque, como a ella, siguió mintiendo, recientemente la vida le había dejado sin cónyuge, y se sentía muy solo, y no tenía hijos, y contaba con una pensión holgada, y deseaba iniciar nuevas relaciones. La vieja se tragó el cuento, y se confesó turbada por buscar amistades de esa forma tan poco natural, pero es que vivía tan sola, tan olvidada... El prosiguió diciendo que llamaba desde Murcia, que deseaba enviarle su foto y unas letras de amistad y cariño cuanto antes. La mujer, entre agradecida y emocionada, dijo sin titubeos que vivía en la única mano, del tercer piso, del número cuarenta y dos de la calle Garibay.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Un monstruo a la medida

       Se pasaba las noches mirando la grieta del techo del salón, esperando que fuera lo que fuese lo que se ocultaba en ella, se atreviera a asomarse. Lo escuchaba respirar, un rumor pesado, uniforme. Trataba de imaginárselo, de otorgarle un aspecto, unos ojos, pero sólo conseguía imaginarse seres nacidos en películas de terror. 
     Por fin una noche, clavada la mirada en la grieta, vio cómo lentamente empezó a emerger..........una forma de aspecto parduzco, grasiento y gelatinoso que a medida que se liberaba del estrecho contorno de la fisura adoptaba un aspecto cilíndrico, azuleado por el resplandor tenue que derramaban al oscuro y desordenado salón las farolas de la calle. Se quedó atornillada en una esquina del sofá, tan sólo sus ojos no permanecían quietos y recorrían los contornos sinuosos de aquella masa. Apretó los puños y tensó todos los músculos del cuerpo, pero no se movió. Percibió diminutos ríos húmedos que le surcaban la espalda, la parte posterior de las rodillas, las axilas, la unión de los senos, el cuello. Fue a gritar, a pedir auxilio a su marido que dormía al otro lado del tabique, pero se contuvo; por miedo, o tal vez porque reconoció la artificiosidad del silencio que rodeaba lo que estaba viviendo; era aquel un silencio espeso, sólido y material, que ella conocía de las pesadillas que en los últimos tiempos se prodigaban en su mente como pantallas de feria que, como cuando era una niña, le permitían asomarse sin peligro a otros mundos y a otros seres.