sábado, 23 de abril de 2022

Los arambara (Día del Libro 2022)

 

    Los arambara es una tribu de unas doce familias de raza negra situada al sur del Sáhara. El poblado en el que viven aislados del mundo se llama Himbasa, que en su idioma quiere decir "último lugar".

    La vida es dura en este punto del planeta. Nunca llueve. No tienen más ganado que tres cabras escuálidas. Cultivan hierbajos secos que devoran directamente arrancados de su raíz. Sobreviven con el alimento que encuentran en el desierto : alimañas, cadáveres de hienas, ratas viejas, chacales. Beben de pozos de agua arenosa.

    Pero desde hace unos meses, desde las dunas saharianas, han ido llegando, de uno en uno casi siempre, seres humanos de piel blanca. Los arambaras nunca habían visto a nadie con ese color de piel. Vienen famélicos, exhaustos, casi moribundos, abrasados por el sol sahariano. Hombres, mujeres, pocas veces un niño. Los arambaras desconocen su procedencia, pero las leyendas arambaras dicen que existe un lugar habitado más allá del desierto, muy al norte, a muchas jornadas de distancia, donde la arena ha sido sustituida por masas inmensas e infinitas de agua. Allí abunda el pasto, el ganado doméstico, los manantiales, los ríos, los árboles. Ellos llaman a este territorio Combasa, o "lugar feliz".

    Los arambaras no lo saben, pero estos seres que van apareciendo en el poblado, huyen de ese lugar legendario porque hace poco estalló una guerra sin límites, con bombas químicas, proyectiles basteriológicos, misiles nucleares. Los pobrecillos llegan al poblado buscando alimento, refugio, cualquier ayuda, quizá un futuro.

    Pero los arambaras no saben nada de esto. Su religión, creada antes de que nada existiera, dice que la llegada de seres humanos extraños es el comienzo de una nueva era de prosperidad, el final de la miseria y la hambruna perpetua.

    Y agradecidos a las fuerzas de la naturaleza creadoras de todo, y sin pensarlo dos veces los arambaras descuartizan vivos a los seres blancos para devorarlos hasta quedar hartos. Se los comen crudos ya que desconocen el fuego.

FIN